El pecio del Carbonero, o ‘Thordisa’ fue un vapor italiano construido en 1888 de 88 metros de eslora, rebautizado en 1913 como ‘Lilla’. Fue hundido por el submarino alemán U-35 el 13 de octubre de 1917 y se encuentra posado sobre un fondo de arena en posición de navegación.
La historia de este hundimiento dice que fue cañoneado por el submarino alemán cuando acudía en ayuda del ‘vapor ‘Doris’ atacado y hundido en la zona del bajo de fuera ese mismo día y finalmente hundido en su posición actual, a poco más de 3 millas del puerto de Tomas Maestre en La Manga.
Actualmente se le conoce como «Carbonero» debido a la gran cantidad de carbón encontrado en una de sus bodegas, aunque se desconoce si este se usaba para la propia propulsión del barco o era la carga que transportaba en el momento del hundimiento.
Es uno de los pecios más visitados por los amantes de los barcos hundidos. Se encuentra entre 36 y 45m de profundidad a unas dos millas al NE de Isla Grosa. El fondo arenoso que lo rodea está muy habitado por grandes Cohombros o pepinos de mar (Holothuria), numerosas bonellia viridis y algunas algas. En cuanto a fauna es fácil observar grandes lechas (seriola dumerillis), meros (epinephelus guaza), congrios enormes (conger conger) y un sinfín de especies de mediano y gran tamaño. El pez luna (mola mola) es visitante asiduo del pecio y observa curioso a los buceadores que lo frecuentan. Tampoco es nada difícil encontrarse con un banco de espetones (esphyraena sphyraena) vulgarmente llamados ‘barracudas’.
La cubierta del barco se encuentra a 36/40 metros de profundidad y es donde se desarrollan la mayoría de las inmersiones, siendo innecesario abandonarla y bajar al fondo, pues, salvo para hacer fotos, no merece realmente la pena. El pecio no se encuentra balizado, y es frecuentado por pescadores, por lo que hay que tener especial precaución con redes abandonadas en el pecio. El barco está prácticamente partido en dos y aunque es posible realizar penetraciones, hay que tener cuidado con la maraña de redes, sedales y anzuelos que rodean la embarcación.
Se encuentra muy deteriorado, quizá como consecuencia directa de las cargas de profundidad a las que ha sido sometido para la pesca furtiva de los grandes peces que allí habitan y posiblemente a prácticas de demolición realizadas por el C.B.A.
En su parte de popa, a un tercio de la eslora total del buque se observa una enorme fisura que divide el pecio en dos. Sin embargo, relatos de buceadores que descendieron al pecio en los años 80, cuenta que en esta época estaba entero.
Estos agujeros, con dimensiones que invitan al valiente buceador a penetrar en él, pueden convertirse en verdaderas trampas, incluso para los más avezados e intrépidos buceadores. No quiere esto decir que nos abstengamos de introducirnos en las bodegas, pero siempre con la atenta mirada de los compañeros en el exterior, y entrando por turnos, extremando la precaución una vez en el interior para no quedar enganchados y sobre todo al salir, pues pasamos de un lugar poco iluminado al exterior que es más luminoso y nos ciega no dejándonos ver posibles sedales y cabos sueltos en el hueco de la salida.
Para bucear aquí: Por tu salud y seguridad, es importante que hagas esta inmersión sin estar cansado o en mala forma física. Es obligatorio el uso de ordenador de buceo propio. Se recomienda guantes, foco y cuchillo. Es imprescindible experiencia demostrada en inmersiones sin fondeo para la realización de paradas de seguridad sin cabo y sin referencias fijas.
Titulación: Buceador Avanzado Experimentado, recomendable TEC45